¿Por Qué?

Papeletas

Me siento frente al ordenador sin glamour alguno. Con el sudor resbalando por el sobaco y el ventilador en ráfagas intermitentes de alivio en este agosto pandémico y achicharrante. Leo para mis adentros el título y me viene esa retahíla de árbitros que un señor portugués exhibía como libro de familia numerosa. Stark, De Bleeckere, Ovrebo. ¿Pur qué? Es mi pregunta favorita. Una cuestión de Estado en ocasiones. Un interrogante a evitar en otras, como ese tipo con mala pinta que despierta tu instinto de supervivencia aconsejándote cambiar de acera. Los porqués a veces llevan chándal ochentero y navaja en la riñonera.

Barra Viator

¿Por qué he decidido hacerme socio gestor del Club Polideportivo Almería?

¿Por qué he decidido hacerme socio gestor del Club Polideportivo Almería? ¿Pur qué? Porque esto va de luchadores. Porque me gusta ver el fútbol bebiendo una cerveza. Porque las 12:00 de un domingo me resulta una hora litúrgica. Porque no consigo resistirme a comprar una papeleta para la rifa del descanso. Porque me gusta el ambiente endogámico de patio de vecinos, de barrio con solera descuidado por las instituciones locales. El sentir que conoces a todos a la entrada y no reconoces a nadie cuando suena el silbato. Porque el fútbol negocio en ocasiones me satura. Porque ganar siempre, me parece una enseñanza peligrosa. Porque en el descanso, la hierba se llena de niños y niñas jugando en porterías gigantes. Porque otro niño, entonces llamado Vicentín, que llegaba con una desorbitada cláusula de 1000 millones de pesetas en 2ªB, me enseñó que los sueños no siempre se cumplen. Porque cada gol activaba un resorte que me empujaba a saltar los escalones del Municipal de dos en dos o de tres en cuatro. Porque aprendía lo que era la vida adulta en ese ambiente castizo de bota de vino y humo de puro, donde todo estaba permitido. Gritar lo que solo te atreverías a susurrar con tu maestra o tu madre manteniendo una distancia de seguridad. Por esa sensación de libertad que me evoca el estadio de fútbol. Por el partido de Copa ante el Barça de Rivaldo. Por el día después de una victoria en un derby. Por las revistas Musho Poli que en algún lugar aún guardo. Porque sí, soy consciente, me estoy haciendo viejo y empieza a abordarme la nostalgia. Y solo en el barro encuentro ese fútbol de antaño.

Sentimiento de pertenencia

El Poli Almería es hoy un club de fútbol popular

El Poli Almería es hoy un club de fútbol popular. Soportado, gestionado y sufrido por sus aficionados. Un club que aplaude a sus jugadores en la derrota. Un club con pretensión de familia. Sin edulcorantes. Con lo bueno y lo malo de toda familia. Cualquier disputa se salda celebrando un gol juntos. Sí, más bien es por eso. Por la gente. Porque llevo años viendo a amigos de toda la vida que dedican parte de su tiempo a que su equipo, y ahora también el mío, siga compitiendo. Esa es mi motivación particular: el Sentimiento de Pertenencia. Y porque este año viene raro. Me cuesta imaginarme a los equipos semiprofesionales disputando la Liga. Porque ahora necesita ayuda el fútbol modesto y el Poli Almería tiene la obligación de seguir existiendo aunque pueda existir a quien moleste. Una obligación moral e histórica.

AUTOR: José Manuel Torrente Galera (socio gestor)

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