Ricardo Enrique Bochini, más conocido como El Bocha, fue un futbolista argentino que defendió la camiseta de Club Atlético Independiente de Avellaneda durante 19 temporadas, desde 1972 a 1991 en los que el Rojo, apodo con el que se conoce al club,disfrutó de su Edad Dorada consiguiendo 4 Copas Libertadores, 3 Copas Interamericanas, 2 Copas Intercontinentales, 2 campeonatos de Primera División Argentina y 2 campeonatos Nacionales. Además, fue campeón del mundo en México 1986 con Argentina. En total jugó más de 700 partidos marcando más de 100 goles.
Bochini tan grande como el fútbol
Icono del club de la ciudad bonaerense de Avellaneda, recordada es la final de la Copa Intercontinental de 1973 disputada ante la Juventus de Turín en el Estadio Olímpico de Roma. Esa final se jugó a partido único a petición expresa del equipo italiano, ya que querían evitar viajar a Argentina por miedo a sufrir actos violentos como los sucedidos en la Copa Intercontinental 1969, que enfrentó a Milán y Estudiantes de La Plata. El partido discurría con empate a 0 hasta que en el minuto 80 El Bocha consigue perforar la portería de La Vecchia Signora. Final. Independiente es campeón del mundo por primera vez en su historia y el autor del gol es Bochini. Se alcanza el cielo.
Tocar el cielo
Para cualquier jugador de fútbol ganar un Mundial o hacer a tu club campeón del mundo serían los momentos que se recordarían siempre con mayor cariño. Sin embargo, para Bochini no, para él había un partido que, según sus propias palabras, “fue el momento más glorioso de mi carrera. Por todo lo que significó, por las circunstancias, no hay otro partido más importante en la historia del fútbol argentino”. Ese momento ocurrió el 25 de enero de 1978. Ese día se disputaba en Córdoba el partido de vuelta del Torneo Nacional de 1977 entre Club Atlético Independiente de Avellaneda y Club Talleres de la ciudad de Córdoba. El partido de ida acabó con empate a 1 gol. El partido de vuelta está considerado como una de las mayores hazañas ocurridas nunca en el fútbol argentino. En plena dictadura militar, ese partido sirvió para destruir los planes de Luciano Menéndez, miembro activo del gobierno militar, seguidor del club de Córdoba y condenado a varias cadenas perpetuas por lesa humanidad.
En la previa había sospechas de amaño del partido, pues muchos miembros del régimen militar eran simpatizante del club cordobés y, cómo suele ser habitual cuando se juntan dictadura y deporte, querían una victoria de Talleres para utilizarla con fines políticos y propagandísticos. Que Luciano Menéndez fuese a visitar al árbitro antes de comenzar el partido no ayudaba a acallar esos rumores. Como no podía ser de otra manera, esas sospechas se confirmaron a lo largo del partido.
A los pocos minutos de partido, Independiente se adelanta 1-0 con gol de Outes. En la segunda parte se desencadenan las circunstancias que despiertan todo tipo de sospechas. En el minuto 60, Talleres empata con un gol de penalti muy, muy dudoso y a los 74 se adelanta en el marcador con un gol de Bocanelli rematando a la red la pelota con la mano de forma clara. Esta acción motivó que los jugadores de Independiente protestaran. El resultado de esas protestas son 3 jugadores de Independiente expulsados. Misión imposible…o no. A pesar de amenazar con abandonar el partido, los jugadores de Independiente deciden continuar y a falta de 7 minutos para acabar el partido, una jugada entre, Bertoni y Biondi es rematada a gol por El Bocha. Se desata la locura. Con el resultado de empate a 2 se llega al final del partido. Los goles en campo contrario deciden el campeón y el campeón es Independiente. Sí, Independiente es campeón en una épica remontada enmarcada en un contexto marcado por una de las dictaduras más sangrientas de la historia. Se habían rebelado a las circunstancias y habían hecho justicia. La fiesta que estaba preparada por y para la dictadura acaba siendo la fiesta de Bochini que, casualidades de la vida, ese día cumplía 24 años. Lo había vuelto a hacer, había vuelto a tocar el cielo.
Bochini en el fútbol argentino
Tal era la importancia que tenía Bochini en el fútbol argentino que Maradona tras verle debutar en el Mundial 1986, comentó, «cuando vi que entraba Bochini, me pareció que tocaba el cielo con las manos, por eso lo primero que hice fue tirar una pared con él. En ese momento sentí que estaba tirando una pared con Dios»… y Bochini volvió a tocar el cielo. Palabra de D10S.