«Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa», Mahatma Gandhi.
A finales de la década de los treinta, Mohammed Abdul Salim, se convirtió en uno de los jugadores más afamados de la India. Campeón de cinco campeonatos consecutivos con el Mohammedan Sporting Club, rápidamente dio el salto a Gran Bretaña. Allí quedaron alucinados con sus capacidades. Pero había una peculiaridad que le hacía diferente. Salim, al igual que todos los jugadores de su país, jugaba descalzo.
Tras varias pruebas fallidas en Londres, acabó fichando por el Celtic de Glasgow donde acabó entusiasmando tanto a los técnicos como a los aficionados. Después de jugar varios amistosos, era conocido como el “malabarista indio”, y el Scottish Daily Express publicaba sobre él que era «capaz de equilibrar la pelota con el dedo gordo, dejarla caer en escalera hasta el dedo meñique, girarla y hacerla saltar con un pie sobre el defensor». Sin embargo, a pesar de triunfar en Escocia, su aventura acabaría pronto, ya que prefirió volver a su país para vivir con su familia antes que vivir solo en Escocia.
India se independiza
Años más tarde, en 1947, India se independiza del Imperio Británico. Desde ese momento sus distintas selecciones deportivas podían participar en torneos de naciones que se celebraban por todo el mundo. El primer gran evento deportivo en el que pudo participar India tiene un significado especial, los Juegos Olímpicos de Londres de 1948.
La tarde del 31 de julio de 1948 en el Cricketfield Stadium de Ilford, la selección de India se enfrenta a Francia. Y lo hizo vestida de blanco y con los pies descalzos. Aquella tarde, el sueño de Mahatma Gandhi se hacía realidad y la India disputaba su primer partido libre de colonialismo.
A la media hora, Rene Courbin marcó el primer gol de Francia. India empata en el minuto 70 gracias a Sarangapani Raman. De ahí al final del encuentro, el equipo indio falla dos penaltis y encaja el gol de la derrota en el último minuto de partido, obra de René Persillon. Estaban eliminados del torneo.
Pese a la derrota, el impacto de la selección asiática fue tal que al día siguiente recibieron una invitación de la hija de Jorge VI, la princesa Margarita, para tomar té en Buckingham Palace. Al poco de comenzar la recepción, la princesa Margarita realizó a Sailen Manna, capitán del equipo indio, la pregunta que rondaba su cabeza desde el día anterior: “¿ustedes por qué juegan al fútbol descalzos?”. Éste le comentó, que con el pie desnudo era como mejor se podía controlar el balón.
La realidad era muy distinta, el equipo jugaba sin botas porque no podían permitirse pagar unas, pero no era ni el lugar ni el momento para exponer la pobreza que asolaba al país.
La fama crece
La fama de la selección asiática iba creciendo y permanecieron de gira por Europa durante todo el mes de agosto. Disputaron partidos en Holanda, Alemania e Inglaterra. Durante esta gira cosecharon un triunfo histórico ante el Ajax de Ámsterdam de Rinus Michels, al que golearon por 5 goles a 1.
Dos años más tarde, el Mundial de Brasil les ofrecía su gran oportunidad. La FIFA había ofrecido un puesto a Asia en el Mundial y Filipinas, Birmania (actualmente Myanmar) e Indonesia, rivales en la clasificación, habían renunciado. En principio, la Federación India acepta la invitación, pero se encuentran con un problema, ya que de acuerdo a las Reglas del Juego, el calzado forma parte de la equipación imprescindible del jugador. Así que a última hora deciden no participar. Incluso se había realizado el sorteo de grupos en el que les tocó en suerte con Italia, Suecia y Paraguay.
La razón oficial fue que no tenían tiempo para preparar el torneo. En realidad, parece que la Federación India consideró que no merecía la pena recorrerse medio mundo para acudir a un torneo que no tenía el prestigio de los Juegos Olímpicos.
En 1952, India participa en los Juegos Olímpicos de Helsinki. Pero en esta ocasión, los resultados fueron mucho peores que los cosechados en Londres cuatro años antes. El frío de la capital finlandesa, hizo que a los hindúes se les congelaran los pies y fueron goleados por Yugoslavia 10-1.
Llevar calzado podría ser una buena idea
Desde ese momento muchos jugadores empiezan a considerar que llevar calzado podría ser una buena idea. Así, en las Olimpiadas de Melbourne en 1956, consiguieron su mejor resultado en competiciones internacionales, una meritoria 4ª plaza tras perder contra Bulgaria por 3 goles a 0, jugando con medio equipo descalzo y otro medio con la equipación completa. Su última participación olímpica fue en Roma en 1960, donde sólo consiguieron un empate ante Francia en la fase de grupos quedando eliminada rápidamente.
Poco a poco el fútbol iría perdiendo su popularidad siendo reemplazado por el cricket y el hockey sobre césped donde han cosechado actuaciones muy destacadas. Sin embargo, durante mucho tiempo dejaron una huella que hoy en día se sigue recordando. “El respeto hacia uno mismo no conoce consideraciones”, que diría Gandhi.