Francisco Gómez Vicente fue un centrocampista nacido en Almería en 1910 que pasó a la historia por ser el primer almeriense en alcanzar el fútbol profesional. De joven se desplaza hasta Barcelona donde su familia busca un mejor futuro. Allí, empezó a jugar al fútbol, integrándose en el popular equipo del Júpiter. En 1930 pasa al Castellón, entonces en Segunda División, en el que disputa dos temporadas. Al cumplir 22 años, el Real Madrid se hace con sus servicios ganando la Liga de la temporada 1932-33 junto a jugadores como Ricardo Zamora, Samitier, o Quincoces.
Atlético de Madrid, Real Betis Balompié…
Un año más tarde recala en el Atlético de Madrid que esa temporada jugaba en 2ª División. Al acabar esa temporada, ficha por el Real Betis Balompié para cubrir el vacío dejado por Soladrero. Y es en aquel Betis de “Mister” Patricio O’Connell, donde Gómez se convirtió en un centrocampista que le llevaría a ser recordado como un jugador fundamental de aquella alineación que acaba ganando la Liga en Santander.
Estalla la Guerra Civil
Tras estallar la Guerra Civil vuelve a Cataluña, donde combate en el bando republicano. Al finalizar la guerra sufre la represión del bando ganador con la depuración de los vencedores por la que los futbolistas profesionales que habían combatido en el bando republicano eran sancionados. No volvió al fútbol hasta 1940, defendiendo los colores del Girona en Segunda División. Al año siguiente lo reclama de nuevo para el Betis “Mister” O’Connell y su esfuerzo ayuda a que el equipo vuelva a Primera División con una plantilla en la que aún jugarían algunos campeones de Liga. El ascenso se conseguiría el 5 de abril de 1942 tras un 2-2 con el Sporting de Gijón.
La temporada siguiente la inicia como jugador y la termina como entrenador. Se hace cargo del equipo en la jornada 13 cuando sustituye a César Baragaño. En los 13 partidos de Liga que dirige como técnico en esa temporada se alinea en cinco. En un partido contra el Barcelona en Las Corts llega a jugar de portero, ante la baja a última hora del portero Cabezo. Ese día, y según recogen las crónicas del partido, fue el mejor de su equipo.
Se afianza en el puesto de entrenador con la que vive varias etapas con el equipo sevillano de las 13 barras. Así, consigue el ascenso del Real Betis a Segunda División el 30 de mayo de 1954 ganando por 6 goles a 0 al Úbeda. Gómez es una pieza decisiva de aquel histórico ascenso y la afición, a petición de Emilio Vara socio nº 52 del club, le acaban arrojando puros en señal de agradecimiento. A par9tir de ese día, los béticos siempre le llamaron ‘Gómez, el de los puros’.8https://www.realbetisbalompie.es/
Meses más tarde, en octubre de 1954, toma otra decisión importante en la historia del Real Betis, en Badajoz hace debutar a un joven extremo derecho de 19 años, Luis del Sol. El resto es historia.
En 1983 Gómez fallece a la edad de 73 años. Se apaga así la historia de una de las personalidades más importante e influyente de la ciudad almeriense y que es recordado en el estadio Benito Villamarín como parte importante de la historia del club.
Autor: Informe Pirri